Capítulo 28
—¡A sus órdenes!
...
En el bosque, Ángeles sentía que había corrido muy, muy lejos, pero al mirar atrás, ¡los bandidos todavía la perseguían sin descanso!
Lo más desesperante era que, más adelante en el camino, aparecieron las sombras de dos camionetas pickup, y resultó que había corrido en círculos hasta volver al punto donde inicialmente había saltado del vehículo.
Ángeles se detuvo un momento, y esa vacilación fue todo lo que necesitaron los bandidos detrás de ella para aprovechar la oportunidad y dispararle.
¡El disparo alcanzó la pierna derecha de Ángeles!
Ángeles cayó al instante al suelo.
Al lado de las camionetas pickup, Héctor y sus subordinados seguían atados, pero eso no les impidió ver a Ángeles en ese estado deplorable y romper a reír a carcajadas.
Ángeles, cubierta de sangre, intentaba arrastrarse hacia adelante poco a poco.
Los bandidos disminuyeron el paso y avanzaron lentamente, encontrando diversión en la situación y disparando ocasionalmente detrás de Ángeles mientra
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