Capítulo 232
Ángeles quedó sorprendida por un momento, luego sonrió. —Si no deseas que me ría, ¿no deberías tapar mi boca en lugar de mis ojos? Lo siento por decir, pero no sé cómo describirte...
Un beso descendió.
Ángeles no podía ver a la persona frente a ella, pero podía sentir la fragancia ligera y agradable del otro cuando se acercó en ese instante.
Fue solo un momento; Vicente la soltó y retiró la mano que cubría sus ojos.
Ángeles se sintió algo perdida, casi podría haber creído que lo que había sucedido fue solo una ilusión, si no fuera por el calor del toque en sus labios que aún se mantenía.
Vicente lentamente apartó una silla al lado y se sentó con un aire natural, incluso levantó la mano para llamar al mesero y dar algunas instrucciones, como si nada hubiera pasado.
Ángeles rechinó los dientes, pero no le dio importancia; el gesto de Vicente le ayudó a distraerse bastante.
Al menos, ya no pensaba en los momentos incómodos de esa noche.
El mesero se movió con agilidad. No
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