Capítulo 97
—¡Álvaro!
Ella apretó los dientes, su voz temblaba.
—Puedes gritar más fuerte, no me importa que Ignacio nos vea así.
—¿Y no te importa si tu prometida lo ve?
Álvaro levantó la cabeza de su pecho, sus ojos parecían emitir un brillo tenue: —¿Crees que me importaría?
Patricia se sobrepuso al shock: —No me importa si te importa o no, suéltame.
El lugar donde él la había besado quemaba como si hubiera sido tocado por un hierro caliente.
—Me importa bastante. ¿Así que tú e Ignacio ya están en este punto? ¿Él también te ha besado así?
—No es asunto tuyo.
Álvaro soltó una risita, como si se burlara, aunque no parecía estarlo realmente. No dijo nada más, no soltó su mano, su cuerpo presionado contra el de ella, su aliento ardiente... Ella lo conocía bien, y se sentía disgustada. Lentamente, cerró los ojos y dijo: —Si no puedes contenerlo, busca a Julia, no desees frente a mí.
—Quién tiene deseos aún está por verse. —Álvaro liberó una mano, ella se sintió amenazada, pero no
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