Capítulo 6

Su divorcio con Álvaro no llevaba ni siquiera un mes cuando comenzó a contar los días, preguntándose si realmente estaba embarazada, lo cual era muy posible que sucediera dos meses atrás, durante aquella visita de Álvaro. Esa vez, Álvaro había vuelto por unos días, justo cuando ella había regresado de ir de compras con Beatriz, vestida con un ajustado vestido largo de color lila que acentuaba sus curvas y combinaba con su cabello negro y labios rojos, tan atractiva que era difícil apartar la mirada. Aquella noche, el vestido terminó hecho pedazos en las manos de Álvaro. Raramente hacían el amor por las noches fuera de la habitación, pero esa vez fue un poco incontrolable. Tanto, que ahora no estaba segura de si esa noche habían usado preservativo. Sin embargo, Patricia no tenía tiempo para ir al hospital, ya que a la mañana siguiente recibió una demanda de compensación de Sofía, quien envió imágenes comparativas alegando un caso de plagio, y hasta contrató a un abogado para demandarla. Probablemente influenciada por algo relacionado con Julia. Clara, la joven asistente del estudio, se alarmó al enterarse de la demanda: —Patricia, ¿qué hacemos? Ese diseño que me mostraste no tiene problemas, no se parece en nada. Lo único similar es el color, pero eso no puede ser suficiente, ¿verdad? Patricia masajeó su sien, consciente de que la otra parte lo hacía a propósito: —Manejémoslo como debemos manejarlo. —Pero... he escuchado que el esposo de Sofía es peligroso, ¿no es arriesgado enfrentarnos a ella ahora? —Clara, recién graduada y joven, tenía miedo, lo cual era normal. Patricia la tranquilizó: —No te preocupes, ellos van tras de mí, ustedes estarán bien. Si tienes miedo, puedes tomarte unos días libres en casa hasta que esto se resuelva y luego vuelves al trabajo. —¿Pero y tú? ¿Podrás manejarlo sola? —Sí, no te preocupes. Además, has estado trabajando hasta tarde estos días, te mereces un descanso. Clara era solo una pequeña asistente y no podía ayudar mucho, especialmente porque este asunto era directamente con Julia, y no quería involucrar a nadie más ni preocuparlos. Después de que Clara se fue, Patricia sacó su teléfono y concertó una cita con un amigo abogado. El abogado se llamaba Víctor, amigo de otro socio y asesor legal del estudio. Decir que no estaba asustada sería mentir, Patricia estaba algo nerviosa, aunque no lo demostraba. Después de hablar del asunto con el abogado Víctor, quien parecía conocer a Sofía, el semblante de Víctor se tornó serio y le aconsejó: —Sería mejor llegar a un acuerdo, Sofía no es fácil de tratar. Lo que quería decir era que no valía la pena enfrentarse a Sofía, podría empeorar las cosas para ella. Patricia tomó un sorbo de agua, mordiéndose el labio: —¿Entonces, realmente no tengo ninguna posibilidad de ganar si esto va a juicio? —Hay alguna, pero comparado con la energía y tiempo que invertirías, realmente no lo vale. Además, considerando a Sofía, su esposo tiene ese tipo de antecedentes... —Abogado Víctor no terminó la frase, pero Patricia entendió lo que quería decir. Patricia se sintió aún más desanimada. Realmente no quería tolerar esa situación, pero tampoco quería afectar al estudio, ya que no era solo su esfuerzo personal. —Entiendo, gracias, abogado Víctor. Después de hablar, Patricia sintió náuseas y malestar estomacal: —Disculpe, abogado Víctor, necesito ir al baño. —Está bien. Entró apresuradamente al baño, no pudo evitar vomitar, y en el espejo se reflejaba su rostro pálido. Abrió el grifo, se echó agua fría en la cara para calmarse un poco, y al salir del baño, se apoyó en la pared, pero accidentalmente chocó con alguien. —Lo siento... Dijo disculpándose instintivamente, y al levantar la vista vio la cara demasiado guapa de Álvaro. Se sorprendió y sintió un hormigueo en el cuero cabelludo. ¿Qué hacía él allí? Solo se podía decir que era mala suerte.