Capítulo 57
—¿Cómo has ido al hotel? No vayas a hacer una tontería. Recuerda que siempre cuentas conmigo, por favor, mantén la calma.
—Ya estoy calmada, no hay problema. No haré ninguna tontería, puedes estar tranquilo. —Patricia empezaba a recuperarse, se sentó lentamente en la cama y respiró profundamente por la nariz. —Por cierto, ¿llamabas por algo en particular?
—Solo quería asegurarme de que estuvieras bien. ¿Realmente estás bien?
—Sí, estoy bien. —Patricia aún no le había contado a Beatriz la razón de su colapso; era mejor no asustarla.
—¿Te ha buscado de nuevo ese imbécil de Álvaro?
Patricia no lo confirmó ni lo negó; frunció el ceño por un momento y luego se relajó, diciendo: —No hablemos más de él. No quiero mencionarlo.
—Está bien, no lo mencionaremos. Entonces, hablemos de otra cosa, algo alegre.
De repente, un sonido de golpes en la puerta resonó. Patricia miró hacia la puerta, sintiendo un nudo en el estómago, esperando que no fuera Álvaro el que todavía estuviera ahí.
Apretó los die
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