Capítulo 338
Álvaro extendió su mano para secar sus lágrimas, mirándola con compasión: —Patri, no estés triste, todavía podemos tener hijos, vendrán más...
¿Hijos?
¿Por qué deberían ellos poder tener hijos?
Sin amor, ¿cómo podría haber niños sanos?
Ella no los quiere, preferiría no tener hijos.
Sí, ella no quiere tener otro hijo con Álvaro.
Cuando Patricia despierta, no quiere hablar con Álvaro.
Ni siquiera le lanza una mirada.
Solo habla unas pocas palabras con el médico y las enfermeras, pero cuando quedan solos en la habitación del hospital, cae en un profundo silencio. No importa cómo Álvaro intente animarla o distraerla, ella permanece callada.
Está volviendo loco a Álvaro.
Él sabe que su corazón está lleno de odio, pero él no quiere que ella lo odie así.
—Odias a mi madre, está bien, cortaré relaciones con ella, y también te daré un resultado satisfactorio respecto al asunto del niño, dame algo de tiempo, Patri, no seas tan cruel conmigo, ¿por favor?
El resplandor del atar
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