Capítulo 330
Patricia apretaba fuertemente sus manos y mordía sus labios para evitar romper en llanto, con el rostro bañado en lágrimas y la visión borrosa. Con la cabeza gacha, no dijo nada.
No notó cuándo Sara se había marchado. La puerta de la oficina se cerró y Álvaro, con suavidad, comenzó a masajear su cuello, consolándola con voz suave: —No llores, ya se ha ido. Lloras tanto que parece que te he maltratado.
De repente.
Patricia le propinó una fuerte bofetada a Álvaro, quien no se inmutó y todavía sonreía levemente, bromeando: —¿Quieres golpear también este lado? ¿Eh?
Dicho esto, giró su rostro ofreciéndoselo.
Patricia levantó la mano furiosa para golpearlo, pero Álvaro rápidamente la capturó y la puso sobre su pecho, —¿De verdad me vas a golpear? ¿Me lo permites? Señora Flores, deberías saber que no se debe golpear el rostro, ¿verdad? Además, eso sería violencia doméstica.
—Álvaro, ¿por qué no moriste en aquel accidente automovilístico?
Los ojos de Patricia estaban muy rojos, sin ocultar su
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