Capítulo 328

—Si piensas que fue intencionado, entonces sí, lo hice intencionalmente para que no pases todos los días pensando en alguien que no deberías. —Ya estamos casados, ¿qué más quieres? ¿Aún no puedes dejarlo ir? ¡Me lo prometiste! —Entonces, que desaparezca de tu corazón, sin dejar rastro alguno; de lo contrario, no lo dejaré tranquilo. Patricia retrocedió un paso. —Estás loco, ¡realmente estás loco! —Patri, vivir es volverse loco por algunas personas y cosas, eso es lo que lo hace interesante. Dijiste que no tuve una infancia normal, así que aquí estoy ahora, incluso las personas más serias y sobrias pueden perder el control. Álvaro avanzó lentamente, la abrazó por la cintura y la presionó contra la ventana. Fuera había una plaza vacía llena de autos. Con su espalda contra el duro cristal, no se atrevió a mirar hacia atrás ni una vez, pues le temía a las alturas lo suficiente como para cerrar los ojos. Álvaro besó sus labios con fuerza, como si quisiera devorarla, con besos brutales. Ella