Capítulo 190
Álvaro no solo no se calmó, sino que su mirada estaba cargada de seducción, directa y sin ocultar en lo absoluto sus intenciones.
Patricia, por su parte, lo observaba fríamente, como si lo que veía fuese una broma, y dijo: —Álvaro, ¿realmente necesitas burlarte de mí para sentirte bien?
Álvaro no negó, sino que preguntó directamente: —¿Quieres hacerlo aquí o preferirías ir al hotel?
Su tono era serio.
El rostro de Patricia se endureció mientras respondía: —¿Piensas que soy tan accesible? ¿Que puedes manipularme a tu antojo?
Era absurdo, ¿por qué?
—Renovar un viejo amor no es imposible,— Álvaro realmente quería retomar la relación, —después de todo, hemos compartido mucho, y antes me apreciabas bastante, ¿no es así?
Patricia comprendió que no podía escapar, parpadeó y tragó la amargura de su garganta sin pronunciar palabra alguna.
En ese momento, alguien tocó la puerta del privado desde afuera; era el camarero.
Álvaro no dejó que entrara y, después de que el camarero se retirara, el tel

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