Capítulo 128
—¿Tu papá no dijo nada más? No me ocultes nada, dime, ¿hay algún problema?
—No, todo está bien —Patricia no quería preocuparlo—. No soy una niña, si realmente hubiera un problema, podría resolverlo yo misma. No tienes por qué preocuparte.
—Eres mi novia, ¿cómo no voy a preocuparme? Solo me inquieta que tu papá te complique las cosas y que, en caso de que no te deje ir, tenga que ir a buscarte a tu casa.
Patricia reflexionó un momento y luego respondió: —Sí, pero en serio, no hay problema alguno.
—¿Cuándo volverás?
—En unos días. Aprovechando que estoy aquí, quiero visitar mi antigua escuela.
—¿Irás sola?
—No, iré con algunos compañeros de clase.
—Entonces llámame, me preocupa que algo te suceda.
—Está bien, te llamaré.
Después de colgar el teléfono, Patricia tocó su cara, notándola hinchada. Encendió la cámara de su teléfono y confirmó que efectivamente tenía medio rostro hinchado, lo que explicaba las miradas frecuentes del conductor. Guardó el teléfono y sacó una mascarilla de su bol

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