Capítulo 58
Él estaba seguro de haber aprendido algunas habilidades, golpear a una muchacha que apenas le llegaba al pecho no sería un problema.
Pero, para su sorpresa, resultó que Leticia, esa mocosa, había empezado a practicar taekwondo desde el jardín de infancia. Después de tantos años, ya era cinturón negro.
¡Y no solo taekwondo, también sabía defensa personal!
Aquella vez, Oscar tuvo que tomarse tres días de descanso en casa para recuperarse, y al volver a clases, tuvo que cambiarse de sección para estar en el mismo grupo de Leticia, donde continuó siendo su "lacayo" durante tres años.
Finalmente, llegó la universidad, y Oscar sintió que al fin había terminado su sufrimiento.
Lloraba de la emoción.
La maravillosa vida universitaria le hizo olvidar todo, incluida la existencia del gran demonio, Leticia. Sin embargo, el destino le jugó una broma increíble.
Leticia se convirtió en su tía política.
Oscar no podía aceptar aquello.
¡Quién en su sano juicio estaría feliz de tener a un demonio tan c
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