Capítulo 54
—Vete a descansar.
Pedro llevó a Leticia lejos de Lourdes, dejando a la mujer sola en la sala reflexionando.
Al llegar al dormitorio, Pedro no dejó pasar el tema.
—¿Qué fue lo que dijiste en tu mente para insultarme?
Leticia mordió la punta de su lengua y le sonrió tímidamente, —Es mejor que no lo sepas, me preocupa que me estrangules.
Pedro forzó una sonrisa que no alcanzó sus ojos, —Si no me dices la verdad, mañana no nos mudamos.
—¡Hombre despreciable! —soltó Leticia.
Pedro se quedó inmóvil. —¿Qué más?
—Cobarde.
Después de soltarlo, Leticia bajó la cabeza y mordió su labio inferior con una expresión de arrepentimiento. Entre tanto, levantó la mirada disimuladamente para observar al hombre con el rostro oscuro que estaba observando la parte superior de su cabeza.
—No sigas mirando, o me vas a dejar sin caspa en el cuero cabelludo de tanto fijarte.
—Continúa, ¿qué más dijiste?
Leticia sacudió la cabeza, ya no se atrevía a hablar. —Mi cerebro es limitado, las palabras que sé para insul
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