Capítulo 52
Leticia le pasó el tenedor y dijo, —No pasa nada si comes un poco. Estos los guardé para ti y no los he tocado.
Pedro la miró y, fingiendo no saber, preguntó, —¿Tú cómo comiste?
—Yo también comí en el dormitorio, pero serví los platos en mi tazón. No toqué nada de estos platos. —explicó Leticia.
Pedro volvió a preguntar, —¿Cómo llegué a casa?
—¿Ah? ¿No lo sabes? —los ojos de Leticia reflejaban curiosidad y sorpresa.
Pedro se llevó una mano a la cabeza fingiendo dolor, —Lo olvidé.
Leticia, al captar lo que decía, se alegró en silencio. ¡Qué suerte! Parece que se le borró la memoria.
Una sonrisa traviesa apareció en su rostro. Entonces, con una expresión pícara, dijo, —No sé exactamente cómo volviste, pero después de emborracharte te pusiste a cantar la canción del Comisario Gato Negro en la sala. ¡Nos pediste que te hiciéramos de público! Y cuando terminaste de cantar, ¡nos hiciste aplaudir!
...Pedro, perplejo, no respondió de inmediato.
Leticia, pensando que él no le creía, añadió con
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