Capítulo 41
Pedro también la observaba detenidamente. Después de que Leticia se marchara impulsivamente la noche anterior y no regresara, él también tenía curiosidad por saber si ella iba a mantener su actitud desafiante hoy.
—No reconozco mi error. —dijo Leticia, cumpliendo exactamente con las expectativas de Pedro, respondiendo tal y como él había imaginado.
Terca como una mula.
Su respuesta, sin duda, enfureció aún más a Don Fernández, quien ya estaba conteniendo su ira.
—Entonces ve al cuarto de castigo y reflexiona sobre tus acciones. No salgas hasta que reconozcas tu error. —ordenó Don Fernández.
Llamó a Marco y, señalando una dirección, le dijo, —Llévala a que reflexione.
Marco, intentando suavizar la situación, intervino, —Señor, Leticia aún es joven, y apenas acaba de unirse a la familia. No la asuste tanto.
—¿Qué pasa, tú también quieres rebelarte contra mí? —Don Fernández lo miró con severidad, dejando a Marco sin palabras.
Sin más opción, Marco obedeció la orden y condujo a Leticia al
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