Capítulo 22
Pedro se dio la vuelta y dijo, —¿Por qué me sigues?
—Pedro, vámonos a vivir fuera. —dijo Leticia con una mirada sincera, —Si sigo quedándome en tu casa, voy a terminar mandando al hospital a tu cuñada, a tu hermano y tal vez incluso a tu papá.
Con una expresión de súplica en sus ojos, le preguntó, —¿Te parece bien?
Ella de verdad no quería seguir quedándose allí. No le gustaba nadie en la casa de los Fernández.
El viejo testarudo, Lourdes, que la miraba con desdén, y el impredecible Raúl, eran personas que Leticia no podía soportar.
Pedro era su esposo, la persona con la que debería tener la mayor cercanía en la familia Fernández. Sin embargo, él parecía ser quien más la detestaba.
Leticia incluso pensó que preferiría alquilar un pequeño apartamento de unos treinta o cuarenta metros cuadrados para vivir, que seguir en esa enorme y sofocante mansión.
Pedro notó la intención de huir en los ojos de la muchacha. Tragó saliva y respondió, —Mientras no me mandes al hospital a mí, puedes mand
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