Capítulo 19

Él se detuvo por un par de minutos, suspiró suavemente y luego subió las escaleras con expresión fría e imperturbable. Cuando Leticia lo vio regresar, se mostró sorprendida, —¿No habías ido a una cita? ¿Por qué volviste tan pronto? —preguntó con curiosidad. Pedro la miró con disgusto antes de dirigirse al vestidor sin decir una palabra. —¡Bah! Otra vez me lanza esa mirada de desprecio. ¡Como si solo tú tuvieras esos ojos grandes para voltear así! —refunfuñó Leticia mientras él se alejaba. En el jardín, Lourdes acababa de regresar a casa. Al bajar del carro, notó a su amiga llorando en la terraza. Inmediatamente le indicó a los sirvientes que llevaran sus cosas a su habitación, y se acercó sola a donde estaba Belén, —Beli, ¿qué te pasa? —le preguntó con preocupación. Al ver a Lourdes, Belén se apresuró a secarse las lágrimas y la saludó, —¡Lulu, ya estás de vuelta! —¿Por qué estás llorando? —Lourdes miró a su alrededor, observando la mesa de té con dos tazas. Frunciendo el ceño, añadió,