Al segundo día, todo el cuerpo del Sr. Clark estaba convulsionando violentamente al anochecer. No podía soportarlo. Realmente no podía soportarlo más.
"¡Dime la receta del antídoto!".
Aún podía escuchar la voz de Julian Shaw en medio de su dolor.
El dolor azotó su cuerpo en oleadas similares a las de la marea. El Sr. Clark deseaba poder morir en innumerables ocasiones, pero no pudo. Julian lo estaba monitoreando de cerca para que ni siquiera tuviera la oportunidad de suicidarse.
El dolor ilimitado se arrastró hacia él sin fin. Su mente se estaba quedando en blanco lentamente. El Sr. Clark había querido aguantar hasta el final, pero descubrió que no podía soportarlo más después de haber sido atormentado de una manera tan aterradora.
Asintió con todas sus fuerzas la próxima vez que Julian lo interrogó.
"¿Entonces estás dispuesto a hablar ahora?". La alegría invadió el corazón de Julian.
El Sr. Clark asintió una vez más.
Ahora solo había una cosa en su mente. Quería que Julian le