Capítulo 89
Esta escena, donde el padre muestra amor y el hijo devoción, seguramente recibiría aplausos y admiración de otros.
Pero...
Ahora, quien está frente a ellos es Gabriel, a quien todo esto le resulta indiferente.
—Entonces, ¿dónde está Fernando?
Gabriel continúa hablando, su mirada se endurece, y dice fríamente.
—Profesor Gabriel, no se apure, ¡la comida ya casi está lista!
Natalia también intenta ganar tiempo y lo persuade a esperar.
A regañadientes, Gabriel logra contener su frustración y se une a la cena.
Pronto, la mesa está llena de todo tipo de delicias.
En cuanto a apariencia, aroma y sabor, no hay nada que criticar.
Cuando Gabriel las ve, inevitablemente se sorprende.
¡Qué lujo!
Incluso en la Ciudad de Piedraplata, cuando otras familias ricas invitan a comer, apenas igualan este despliegue.
Por eso dicen que en los lugares pequeños hay más nobles.
Este lugar, esta familia Vargas, realmente es algo fuera de lo común.
Así que, Gabriel no duda más y comienza a comer vorazmen
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