Capítulo 67

—Espero que en un par de días puedan dar una charla sobre cómo educan a sus hijos. El rostro del profesor estaba lleno de sonrisas, y hablaba sin cesar. Esto hacía que todos los miembros de la familia Vargas se sintieran orgullosos. ¡Ese era Antonio, el orgullo que su familia había conseguido! Justo como cuando Natalia fue admitida en la Universidad Estrella, y toda la ciudad les miraba con envidia. Pero. Pero solo Natalia tenía el rostro sombrío y permanecía en silencio. Ella sabía bien que la persona que realmente estudiaba aquí era Fernando. ¿Acaso era la única que lo recordaba? Finalmente. Llegaron a la oficina. —¡Estos son los familiares de Fernando, finalmente han venido! Dijo el profesor. El director de curso, junto con muchos otros profesores, se acercaron sonriendo ampliamente. —Ay, ustedes sí que han estado ocupados, ¡hasta ahora no habían venido! —Pero su hijo nos ha facilitado la vida, no hay nada de qué preocuparse. —Es increíble, su hijo es extraordinario, ¡logró la máxim