Capítulo 46
—¡Vamos ya!
Julia, con una expresión de ira, toma a Antonio de la mano y se marcha.
Hasta ese momento, su furia con Fernando no ha disminuido.
Desea irse pronto, pues no quiere verlo.
Pronto, ambos se apresuran a alejarse, dejando solo a Fernando.
Él sonríe fríamente, con un brillo burlón en sus ojos.
Luego, regresa solo a Casa Flores.
En ese momento, el cielo está nublado y algo opresivo.
Parece que una gruesa capa de nubes se está desplazando.
Muchas personas se dan cuenta de que probablemente va a llover.
Fernando frunce el ceño, sintiendo dolor en las articulaciones, lo cual es incómodo.
Pronto llega a la farmacia y recoge dos parches para el dolor para llevarse.
Estos parches también pueden aliviar un poco el dolor.
Al llegar a casa, la gente de Casa Flores está ocupada.
—¡Fernando, ya volviste! Ven a lavarte las manos para comer.
María se ríe y rápidamente se acerca para tomar la mano de Fernando.
—¡Voy ahora!
Fernando asiente con la cabeza, sonríe ligeramente y se lava las manos
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