Capítulo 42
La expresión en el rostro de Fernando se tornó feroz.
Su corazón se inundó instantáneamente de odio.
Cuando la motocicleta pasó zumbando, se levantó de un salto y propinó a Antonio una fuerte patada.
Esa patada fue lanzada con toda la fuerza de Fernando.
¡Bang!
Con un solo golpe, Antonio fue lanzado casi tres metros por la fuerza repentina.
Quedó completamente atónito, su rostro se tiñó de un rojo oscuro.
Un dolor agudo se apoderó súbitamente de su pecho.
¿Realmente me pateó?
¡Me había apartado y aún así se atrevió!
Esa patada lo hizo cuestionar su vida.
Pero Fernando tampoco salió ileso.
Al patear, la fuerza de reacción lo hizo tambalearse y caer.
Para estabilizarse, tuvo que saltar de la motocicleta y correr varios pasos antes de detenerse.
Si no fuera por proteger su nueva motocicleta, Fernando probablemente habría usado más fuerza.
—¡Antonio, estás bien!
Julia corrió hacia él muy preocupada.
Su rostro estaba lleno de horror y preocupación.
Temía que Antonio estuviera herido.
Lo abr
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