Capítulo 12
Felipe se quedó atónito, la ira en su interior estalló. Se dio la vuelta y miró furiosamente a Pepe. —¿Qué dijiste? ¡Repítelo una vez más!
Pepe no se dio la vuelta, lo repitió de nuevo, con un tono aún más resentido, y luego añadió: —Papá, las tratas demasiado bien. Deberías dejarnos a mí y a mamá vivir aquí.
Felipe recordó lo que habían dicho los niños de la guardería infantil, y con los ojos rojos, se dirigió hacia Pepe. Lo agarró por el cuello de la camisa con fuerza, Pepe se asustó y comenzó a forcejear con manos y pies.
—Suéltame, papá. ¿Qué estás haciendo?
Lilia también se apresuró a acercarse, tomando el brazo de Felipe. —Él está bromeando, no te lo tomes en serio. Le has hecho daño, déjalo bajar.
Felipe se volvió hacia ella. —Solo es un niño, ¿cómo puede saber estas cosas?
Lilia se sintió culpable y su movimiento se detuvo por un momento.
Pepe se asustó tanto que empezó a llorar y gritó pidiendo a su mamá que lo salvara. —Mamá, sálvame, este hombre malo me va a matar.
Lilia se

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