Capítulo 88
—¡Tú!
Rubén, ¿realmente iba a preguntarle a Javier? ¡Eso solo la empujaba más cerca del abismo!
Laura apretó los dientes con tanta fuerza que sintió como si fuera a romperse una muela: —Rubén, ahora somos socios. ¿Sabes cuántos problemas vas a enfrentar si esto sale a la luz? ¡¿Sabes cuánto dinero vas a tener que pagar?!
Rubén, visiblemente asustado, gritó: —Si Presidente Javier se entera de lo que hiciste, tú tampoco tendrás un buen final.
—¡Jajaja! ¿Vas a compararte conmigo? Yo soy la mujer de Javier, ¿y tú quién eres? Si esto llega a salir mal, lo máximo que Javier hará será regañarme, ¡pero a ti te va a ir mucho peor!
—¡Tú...!
Al ver cómo Rubén quedaba atrapado por su amenaza, Laura suavizó su tono.
—Está bien, no tenemos enemistades. No te voy a hacer daño. Solo te pido que me consigas esos zapatos y tú sigues poniendo excusas. Apúrate, recuerda que tenemos una relación de beneficio mutuo.
Rubén respiró con dificultad, colgó el teléfono y se dio una bofetada.
¡Ya

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