Capítulo 32
Daniela depositó un grueso sobre en el regazo de Yaritza, quien notó de inmediato que la pulsera que siempre llevaba en la muñeca izquierda había desaparecido.
—¿Daniela, dónde está tu pulsera?
Yaritza tomó la mano izquierda de Daniela: —Vendiste tu pulsera, ¿verdad?
Daniela no era buena mintiendo y ante la pregunta de Yaritza, no supo qué responder. Solo atinó a decir con algo de fingimiento: —De todos modos, no me gusta llevar joyas, esa pulsera no me servía de nada.
—¡No digas tonterías! —exclamó Yaritza emocionada, sabiendo mejor que nadie cuánto valoraba Daniela esa pulsera.
Esa pulsera había sido un regalo de mayoría de edad de Javier Navarra para Daniela, y desde que la colocó en su muñeca, nunca se la había quitado; era su tesoro más preciado, ¡cómo podría venderla así como así!
—Yari, no te alteres.—dijo Daniela, preocupada por afectar la salud de Yaritza al verla tan emocionada. Se angustió un poco: —Yari, esa pulsera, para mí, ya no es importante.
—Admito que antes realmente
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