Capítulo 175
Manolo lucía muy contrariado y se golpeó la frente con fuerza: —¡Hernán, lo siento, ha sido un descuido por mi parte! ¡Cómo pude permitir que nuestra hermosa dama bebiera alcohol!
—La hermosa Yaritza, no he sido considerado. ¡Me castigaré tomando un trago yo mismo!
Después de colocar el vaso de vuelta en la mesa frente a él, Hernán abandonó su actitud desenfadada y miró profundamente a Yaritza con sus ojos: —Yari, delante de mí, no tienes que hacer nada que no te guste, porque yo me encargo de todo.
Diego miraba fijamente el vaso frente a Hernán, como si quisiera perforar un agujero en él.
¡Habían besado ese vaso indirectamente!
Es cierto, habían compartido besos íntimos incontables veces, ¿qué importaba un beso indirecto más?
Además, Hernán había dicho que un hombre no debe permitir que la mujer que le gusta beba alcohol en su presencia.
Sin embargo, él había obligado a Yaritza a beber con un grupo de hombres mayores.
Cuanto más lo pensaba Diego, más incómodo se sentía. ¿Acaso no era
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