Capítulo 71

La sonrisa en el rostro de Belén no se desvanecía; sin embargo, ella desconocía que el peligro se cernía cerca. Todas sus palabras eran captadas por una figura oculta entre las sombras. Belén deslizó la burbuja que sostenía en la mano por su rostro y preguntó: —Vicente, ¿por qué guardas silencio? Fue un contacto breve, pero al mirar hacia la base de su oreja, esta comenzó a enrojecer levemente. —¿Qué te gustaría comer mañana? Yo te lo traeré. Sus miradas se encontraron cuando él levantó la vista. Belén lo observó profundamente en sus intensos ojos, que transmitían una sensación de seguridad y firmeza que nadie, salvo Oscar, había logrado inspirarle. Belén curvó sus ojos en forma de media luna y su sonrisa se amplió:—Me gusta todo lo que haces. —Vicente, eres increíble, mi persona favorita. —¡Belén! —Una voz baja y fría, cargada de ira, resonó. Belén se sobresaltó al escuchar la voz que provenía de un lado y rápidamente dirigió su mirada hacia Oscar, quien había aparecido sin saberse de