Capítulo 66

—Señorita Belén, el sirviente llamó para informar que usted abandonó la villa enojada. Independientemente de la razón, el Presidente Oscar actualmente está ocupado con la sesión fotográfica del vestido de novia y le concede una hora para que regrese a Casa Bosque. Si lo hace, este incidente se olvidará. La voz de Cipriano en el teléfono estaba repleta de advertencias, como si ella hubiera cometido un grave error. Quizá fueron los sirvientes quienes se precipitaron en acusarla de algo indebido. —Dame el teléfono. Belén, aún en silencio y sin saber cómo justificarse, de pronto escuchó en su móvil la voz fría y ligeramente irritada de Oscar. En el estudio fotográfico, Lourdes acababa de cambiarse el vestido de novia y estaba lista para la sesión. No obstante, se produjo un percance. Vio a un hombre vestido con un traje de cuero negro, erguido y emanando un aire frío y severo, quien sostenía un teléfono mientras permanecía de pie frente a una ventana, con una mano en el bolsillo y mirando