Capítulo 48
Las uñas de Lourdes, con puntas redondeadas, lucen impecables mientras pela una naranja sin derramar ni una gota de jugo; cada uno de sus movimientos irradia la distinción y elegancia de una dama de alta sociedad. Incluso pelar una mandarina se convierte en un deleite visual.
Así que él es del tipo que le gusta a Oscar; no es de extrañar que nunca me haya mirado.
Belén habló con voz suave: —Hermano, déjame quedarme en Casa Bosque.— Tras decir esto, lanzó una mirada intencional a Lourdes para observar su reacción. Lourdes pausó su acción, su expresión impasible, pero su reacción fue reveladora.
No importa lo que Lourdes esté pensando ahora, mientras no cause problemas, no interferirá entre ella y Oscar.
Lourdes sostuvo la naranja pelada en su mano. —¡Eso es algo positivo! Estar sola fuera también evitará que Oki se preocupe por ti.
—Casa Bosque es tan amplia, que cuando me case con Oki, también podrás quedarte aquí para charlar conmigo y así no te sentirás sola.
¿Hasta dónde puedes lleg
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