Capítulo 157

—Señorita Belén. Belén miró hacia él: —Señora Cipriano. —Señorita Belén, ¿necesita algo? Belén le entregó los medicamentos que tenía en la mano: —Estos son los medicamentos que Oscar solicitó. Hace un momento, el encargado de la habitación tocó el timbre, pero no obtuvo respuesta. Iba a llevarle los medicamentos a Oscar, pero ya que usted está aquí, podría llevarlos usted misma. —Señorita Belén, ¿no entra usted? Belén negó con la cabeza: —Mejor no, no es conveniente. —Le agradezco, señora Cipriano. Volvió a su habitación y cerró la puerta. Cipriano observó la puerta de Belén pensativo durante unos segundos antes de dirigirse a la habitación de enfrente. Al entrar en el dormitorio principal, oscuro con las cortinas cerradas, se encontró un desorden en el suelo y a un hombre sentado en la cama con una expresión sombría. En el suelo, había una pulsera caída, aparentemente de una mujer. —¡Alguien estuvo aquí! Oscar, con un dolor de cabeza intenso, frunció el ceño profundamente, con una mir