Capítulo 154
Oscar, a sus cincuenta años, desenterraba un cadáver que ya se había convertido en un esqueleto podrido, abrazando los huesos con una mirada que revelaba tristeza.
Arrepentimiento y culpa lo sacudían...
¿Cómo podían ser esas las emociones de Oscar?
Era solo un sueño...
Oscar, yo solía pensar que te gustaba.
Ahora que lo pienso, soy la persona que consideras más insignificante, alguien que puedes desechar sin importancia.
Comparada con tu hermana.
Belén se sentía más como una mascota que él mantenía cerca.
Cuando quería ser bueno con ella, parecía que podía bajar la luna del cielo y dársela con ambas manos.
Pero cuando se enfadaba y tocaba su límite...
la abandonaba sin piedad.
A los cinco años, en ese incendio en el orfanato.
Oscar originalmente no la quería.
De cualquier manera, tenía que dejar a Oscar y a la familia Díaz...
La mañana siguiente.
Belén durmió hasta tarde, olvidando cargar su teléfono, y sin alarma que la despertara, durmió hasta el mediodía.
Cuando despertó, co
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