Capítulo 150
—No era mi intención.
Belén sujetaba su mano, notando que su cuerpo estaba alarmantemente caliente. Leticia, sin fuerzas, se soltó y al segundo siguiente, se desvaneció.
—Leticia...
La puerta estaba cerrada, y dentro de la habitación, la señora Daniela percibió el ruido exterior. Miró hacia la puerta y preguntó: —¿Qué pasa ahí fuera?
La señora Alicia intervino: —Déjalos hacer.
Belén, sosteniendo a la desmayada Leticia, tocó su frente con la mano. —Parece que tiene fiebre, su temperatura no es normal. Señor Cipriano, deberías conseguirle un médico.
Cipriano frunció el ceño. —¿Sabes quién es ella? Señorita Belén, hay personas que no puedes manejar tan libremente. No hagas algo que haga que el presidente Oscar se moleste.
¿Oscar se molestaría?
¿Es eso cierto?
Belén recordó que, cuando la puerta de la oficina del presidente estaba abierta, había observado la manera en que Oscar miraba a Leticia. Si realmente la odiara, no serían esos los ojos con los que la miraría.
Habiendo vivido dos vid
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