Capítulo 145
Belén se dio cuenta de que el camino llevaba a Casa Díaz.
Cuando llegaron a la entrada de Casa Díaz, Belén fue bajada del coche.
Mirando la puerta cerrada, salió una persona conocida.
Ángeles se acercó a Belén y la examinó de arriba a abajo. —Viendo cómo te ves, ciertamente eres bonita. Cuando crezcas, serás aún más atractiva.
—Entra, la señora Alicia te está esperando.
Belén levantó la vista hacia la lujosa villa hecha de palisandro, sintiendo todo como si fuera un sueño.
Había vivido allí muchos años y pensó que nunca volvería a verlos, pero, inesperadamente, había regresado.
Belén cruzó el umbral y entró al vestíbulo, donde la señora Alicia estaba sentada en una silla, apoyándose en un bastón, con una mirada penetrante y alerta. La señora Alicia la observó durante un largo rato.
Después de un momento, la señora Alicia finalmente habló: —Parece que después de estar encerrada una noche, te has calmado.
—Una huérfana sin padre ni madre, gastando cientos de miles de dó
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