Capítulo 143
Verónica hablaba con intenciones punzantes, impregnadas de un sarcasmo mordaz.
—¡Cállate!
Los padres siempre habían sido el límite para Belén, quien sabía que desde niña no había contado con su guía.
Sin embargo, cuando se vio separada de sus padres, prefirió casi morir de hambre en las calles antes que robar a alguien.
¡Ella! ¿Por qué pensaría eso?
¿Y por qué diría eso de ella?
Belén sacó una tarjeta negra de su mochila y se la lanzó a Verónica.
Luego, sin mirar atrás, se alejó de Casa Bosque.
—Señorita Belén...
Verónica recogió la tarjeta del suelo. En efecto, solo habían pasado unos días y Belén ya comenzaba a mostrar su verdadera naturaleza.
Solo por el dinero de la familia Díaz había permanecido Belén en la familia Díaz, y ahora incluso se atrevía a robar la tarjeta personal de don Oscar.
—¡Deténganla, Paula, llama a la policía ahora mismo, rápido, llama a la estación!
Belén fue rápidamente retenida por la niñera.—¿Qué hacen? ¿Ahora ni siquiera tengo el derecho de irme?
Verónica
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