Capítulo 121
Vicente la ayudó a evadir el tema incómodo: —Si no quieres hablar, no tienes que hacerlo.
El taxi se detuvo frente al Instituto Libertad.
Vicente anunció: —Hemos llegado.
—Tu caja.
Belén tenía la intención de decirle algunas cosas a Vicente personalmente, pero luego lo reconsideró: —Vicente, te llamaré después de la escuela.
Vicente asintió: —Está bien.
Belén, cargando la caja, entró al recinto escolar. Miró hacia atrás hacia el taxi que aún no se había ido; Vicente también la estaba observando. Después de regresar a la escuela, escondió la caja que había recogido en un lugar secreto y se sacudió el polvo de las manos: —Después de la escuela, te veré.
De vuelta en el aula, faltaban cinco minutos para que comenzara la clase.
Esperaba que Vicente, llevando su maletín de computadora, bajara del coche.
Emilio comentó: —Vicente, Belén parecía algo alterada justo ahora, ¿será que ya sabe que también te vas?
—La noticia de que vas a Ciudad Luzdeluna, ¿cuándo planeas decírselo?
Vicente, con la
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