Capítulo 111

En una vida pasada, así era Belén... Tras desayunar, se vistió con un uniforme negro de cuello abierto, embellecido con una cadena de plata en la corbata y un emblema dorado de escudo en el pecho, mucho más elegante que el de cualquier escuela pública. Sentada en el coche, Belén contemplaba el paisaje a través de la ventana mientras Oscar, ataviado con una camisa negra, acariciaba su largo cabello y le decía: —En la nueva escuela, no tendrás que preocuparte por adaptarte. —El cariño que sientes por tu hermano, si lo compartes con tus compañeros, Belén, ya no te sentirás sola. Leticia, que conducía, echó un vistazo al hombre sentado en el asiento del copiloto a través del espejo retrovisor, antes de desviar rápidamente la mirada y seguir conduciendo con atención. Belén apoyó la barbilla en la mano y replicó: —Hermano, sabes que no me gusta hacer amigos. Oscar frunció el ceño y asintió: —La escuela no es muy estricta. Si te aburres de comer sola al mediodía, siempre puedes venir a Gru