Capítulo 1086 La madrina está aquí
Nell reiteró: “Te llamaré cuando haya terminado”.
Gideon no pudo evitar sonreír ante lo avergonzada que ella se veía.
“De acuerdo, ten cuidado entonces. Llámame cuando hayas terminado”.
“Sí”.
Gideon abrió la puerta y salió.
Aproximadamente tres minutos después, la tímida voz de Nell llegó desde adentro.
“Ya terminé”.
Sólo entonces él volvió a abrir la puerta, le arregló la ropa y la sacó de nuevo.
Nell estaba acostada en la cama cuando los bebés de la cuna se despertaron.
Gideon los sacó y siguió las instrucciones de Nell de cambiarles los pañales y alimentarlos.
Los bebés aún eran pequeños y, como eran mellizos, Nell no podía alimentarlos sola.
Por lo tanto, fueron alimentados con una mezcla de leche materna y fórmula láctea.
Afortunadamente, los dos pequeños mocosos tenían buena salud. Cuando sostenían la botella, la apretaban con tanta fuerza que ni siquiera Nell podía apartarlos a veces.
En los últimos dos días, el Viejo Amo Leith y la Vieja Señora Quinton habían venid
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