Cherie se le quedó mirando.
Ellos se fulminaron mutuamente con la mirada por un par de segundos. Boyle reprimió su ira y le dejó ir la muñeca. Él se dio la vuelta y salió de la habitación.
Él se sentó en el sofá y trató de calmarse.
Boyle se pellizcó el puente de la nariz mientras sacaba un paquete de cigarrillos y un encendedor de la gaveta en la mesita de sala.
Clic.
El encendió el cigarrillo y fumó silenciosamente.
Sus emociones reprimidas comenzaron a tranquilizarse gradualmente luego de fumar.
Cherie salió de la habitación y caminó directo al pasillo sin siquiera darle una mirada al hombre en el sofá.
Boyle apagó el cigarrillo en el cenicero. Luego levantó sus ojos para mirarla con el ceño fruncido en la cara. “¿Adónde te diriges?”.
Ella parecía una niña que estaba haciendo un berrinche.
Cherie respondió sin voltear la cabeza: “Iré a casa”.
Boyle se levantó y caminó hacia ella con sus largas piernas. Él agarró su muñeca, la sacó del pasillo jalándola y la atr