El cielo nocturno brillaba en el extenso mar mientras la oscuridad se extendía sin fin. ¿Cómo podía siquiera vislumbrar la silueta de un barco?
Verian estaba pensando demasiado, su mente se vaciaba completamente mientras las lágrimas caían incontrolablemente. Sus dos piernas estaban entumecidas y débiles por todo el llanto mientras tropezaba y caía sobre su trasero encima de la arena de la playa.
"Boo hoo hoo... Heaton Fudd... ¿Dónde estás? ¿Dónde puedo ir a buscarte?... Boo hoo hoo, estúpido... ¿Por qué has venido a buscarme? ¿Qué vamos a hacer Porotita Dulce y yo... si mueres…? Boo hoo hoo..."
Ambos brazos abrazaban sus piernas mientras presionaba su pequeño rostro lleno de lágrimas entre sus piernas y se disolvía en un charco de lágrimas.
Sus oídos zumbaban ya que todo lo que podía oír eran sus fuertes sollozos que resonaban en la playa. No podía oír los pasos que se acercaban a ella.
"Heaton Fudd... Tú, b*stardo... ¿No dijiste que serías un portador de calamidades durante mil