Capítulo 56
Me levanté y ayudé a Raquel a tirar de la silla.
—Hola, Raquel, ven a sentarte.
Ana miró a Raquel con desdén al entrar y estaba a punto de sentarse primero.
La agarré de la muñeca para evitar que actuara de forma hostil hacia Raquel.
—Raquel, siéntate, volveré en un momento.
La saqué de fuerza del café.
Ella se retorció incómoda,—Miguel, me haces daño...
—Ana, ¿qué quieres hacer?—La miré con impaciencia.
—¡Yo te quería preguntar a ti! ¿No dijiste que no tenías tiempo? ¿Por qué tienes tiempo para ver a esa mujer? Es demasiado normal, ni se compara conmigo... y ni siquiera con María.
Me quedé sin palabras.
—No necesitas opinar sobre cómo es Raquel, y no tengo con ella la relación que piensas.
El rostro de Ana mejoró un poco.
—Además,—cambié de tono,—Raquel es mucho más pura por dentro que algunas personas.
—¡Tú!
Ana se mostró asombrada y enfadada.
—No vengas a buscarme problemas, o haré que Sara te dé una lección.
La miré con sarcasmo.
A pesar de estar muy
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