Capítulo 33

—¿Este chip... ¿realmente lo hicimos nosotros? —Tío Pablo, puedes revisar los documentos. Está todo claramente escrito. —Tengo la tecnología en mis manos, sin engañar a nadie. Puedo entender perfectamente su asombro. En mi vida pasada, no me dediqué a este campo, pero por María y la familia Fernández me tomé el tiempo de aprender y comprenderlo. Cuando supe que el chip desarrollado por una docena de científicos en nuestro país fue robado y vendido al extranjero por traidores, esa rabia impotente casi me consume. Fue tan inaceptable como cuando el Norhestia logró registrar como suyo una parte de nuestra cultura tradicional. Esta vez, tengo la oportunidad de empezar de nuevo. Lo primero que hice fue fundar una empresa y, en nombre de esta, intentar contactar con los laboratorios. Ofrecí grandes beneficios y, finalmente, logré obtener esta tecnología. Además, les hice solicitar una patente. La tecnología robada en mi vida pasada era una versión mejorada de esta, pero al tener ahora una ba