Capítulo 52
Juan recibió dos golpes sin contraatacar; Gastón no cesó, y Juan permaneció con el ceño fruncido, visiblemente molesto.
Gastón no pudo dominar a Juan y, rápidamente, fue derribado al suelo. —Ya que lo sabes, olvida esos pensamientos, quédate en Ciudad del Mar. Si la extrañas, soporta sin decírmelo, y si no puedes resistir, vete del país por dos años.
El rostro de Gastón estaba adherido al frío césped, sin rendirse, —Juan, eres un canalla, pisoteas su corazón sincero, recibirás tu castigo.
—No sé si seré castigado, pero estoy seguro de que ella sufrirá. Aquella noche, cuando tocaste la ventana del coche, ella me imploró que encontrara una forma de librarme de ti.
Enfurecido, Gastón se liberó y ambos empezaron a luchar en el césped.
Tomás resopló y comentó: —El refinado Juan de la alta sociedad, peleándose con otro, grabemos esto y publiquémoslo en una publicación de Instagram.
Silvestre sacudió la cabeza, —Él ni siquiera la ama, ¿acaso vale la pena provocar así a alguien?
...
Aurora alm
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