Capítulo 37

Gastón también percibió algo; se detuvo y giró la cabeza al ver a Juan, exclamó: —Juan. La mirada de Juan se desplazó del rostro sorprendido de Aurora hacia Gastón. Con una leve sonrisa en los labios, comentó: —¡Vaya que ustedes dos se llevan bien! Se sintió un poco avergonzado y añadió: —Bueno, supongo que sí. En el vídeo, Aurora intervino de nuevo, —Gastón, estás ocupado. Lo que me preguntaste lo hablaremos otro día. Voy a colgar. Gastón soltó un "oh", luego torció la cabeza mirando a Juan, —¿Tú y Rora, han discutido? Juan negó con la cabeza: —No, ¿por qué lo preguntas? —Es que no parecen hermanos. —¿Ah sí? ¿Y a qué parecemos, a esposos? Gastón agitó la mano, —Eso menos aún. Si Rora fuera tu esposa, te esforzarías más que yo. He notado varias veces cómo la miras embelesado. Aquella noche en el bar, Juan, ella también te hechizó, ¿verdad? —Basta, basta,— Juan lo interrumpió, —no entiendes. Se dio la vuelta para irse, pero Gastón lo siguió, —Juan, ¿no ibas a decirme quién es el desgrac