Capítulo 31
—No tiene nada que ver con Gastón.— Aurora prefería no involucrar a otros.
—Entonces no entiendo. Si tanto deseas divorciarte, ¿por qué me drogaste?
—Dije que no lo hice. ¿Me crees?
—¡No!
—Entonces no hay nada más que hablar.— Se giró y dejó de mirarlo.
Juan no estaba satisfecho con su actitud y empezó a tocarle el cuerpo de manera inapropiada.
Aurora luchó, pero Juan podía inmovilizarla fácilmente y ella se dio por vencida.
Juan besaba su cuello y se reía, levantándose para observarla bajo la luz amarillenta; su expresión, obstinada y seductora.
—Lo que se hace por obligación, no lo haré. Llegará el día en que te acerques a mí por tu propia voluntad.
—¡Sigue soñando, eso nunca ocurrirá!— Irritada, se cubrió con la manta.
Juan quedó en silencio.
Ella piensa que ya no tiene control sobre ella, ¡así que actúa con mucha arrogancia!
...
A la mañana siguiente, justo a las seis, el móvil de Aurora sonó.
Había un asunto urgente en la empresa, y lo atendió mientras se levantaba.
Despertó a Jua
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