Capítulo 29

Gastón se esfuerza mucho para reparar el broche de Aurora. Ha contactado a todos sus conocidos, todos en un esfuerzo por conectar con el señor Hugo y hacer feliz a Aurora. La noticia se ha difundido por el círculo social: el siempre libertino Gastón, por Aurora, se ha transformado en un novio ejemplar. En el Bar La Fiesta. Tomás escucha a algunos comentar sobre esto. Juan, concentrado en su juego de cartas, tiene una noche de suerte, tanta que Silvestre está visiblemente molesto y arroja las cartas sobre la mesa exclamando: —¡No nos tortures con tus fracasos amorosos! Tomás interviene con un "ay", —¿De qué hablas? ¿Juan un fracasado en el amor? Está emocionado. Juan sonríe levemente al lanzar una carta, —¿Cuándo me emocioné? —¿No le diste comida? —Se la di,— admite Juan. —El deseo sexual no es tan fácil de controlar, ¿verdad?— murmura Tomás. La última vez que jugaron a las cartas aquí, Tomás ya había bromeado sobre esto. Dijo que Juan podría ser adicto al sexo. Él y Aurora hicieron el