Capítulo 1412
Como siempre, había codicia como de tormenta en el beso de Alejandro. Melanie lo empujó, en pánico, gritando: “¡Yo ... me voy ahora! ¡Tú, eh, descansa temprano también!".
Antes de que ella pudiera levantarse, Alejandro la agarró por la cintura. "Te deseo esta noche".
A Melanie le costó mucho contestarle. Una parte de ella acogía con agrado la invitación, pero una gran parte de ella se siente repelida por ella. Era una extraña repulsión que de alguna manera se sembró desde que dio a luz a Melissa. De hecho, ocasionalmente los impulsos carnales tomaban forma en su mente, pero no quería darse cuenta de ellos. Siempre que se presentaba la oportunidad de disfrutar del sexo, ella se sentía repugnada y deseaba huir.
Si tuviera que atribuir la causa a algo, Melanie señalaría con el dedo el parto. Una vez buscó en Internet sobre su condición y descubrió que algunas mujeres experimentaban lo mismo, pero nadie parecía saber por qué sucedía.
Abrumada, Melanie se aferró al escritorio detrás de
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