Capítulo 96
Pasé una noche en vela.
Al día siguiente, temprano en la mañana, llegué al trabajo con ojeras visibles.
El problema con Sergio necesitaba ser resuelto, pero también debía cumplir con mis obligaciones laborales.
Sin embargo, al llegar a la empresa, observé un grupo de colegas agrupados alrededor de la oficina del gerente, estirando el cuello para mirar hacia dentro.
—¡Vaya! Definitivamente es una gran estrella, ¡muy hermosa!
—Ah, en persona es incluso más bella que en televisión...
Al escuchar las exclamaciones de mis colegas, supuse que alguna actriz famosa había visitado la compañía.
No obstante, como las celebridades no me interesan.
Me senté en mi escritorio, comencé a organizar los materiales que necesitaría.Justo entonces, vi a Miguel acercarse con el ceño fruncido, mirándome preocupado: —Lucía...
—Miguel, ¿qué sucede?
—Sofía está aquí...
Al oír su nombre, me quedé estupefacta: —¿Sofía?
Miguel asintió: —Acabo de entrar a la oficina del gerente y escuché su conversación; Sofía
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