Capítulo 22
Justo cuando Esther estaba a punto de presionar el botón de llamada otra vez, una mano la detuvo de repente.
Bajó la mirada y se encontró con los ojos llenos de esperanza de Leticia, —Mamá, ¿puedes ayudarme?
Esas palabras hicieron que Esther sintiera un presentimiento inquietante, y lo que vino después confirmó sus sospechas.
—Mamá, ¿puedes hacer que Chente venga a verme? Antes lo tratabas tan bien, seguramente te escuchará.
En cuanto oyó de qué se trataba, Esther no pudo evitar enfadarse. Sin rodeos, se negó de inmediato.
—No. Leti, lo de ustedes ya quedó en el pasado. ¿Por qué no dejar que el pasado se quede en su lugar? Él ya tiene una nueva vida y tú también deberías empezar la tuya. ¿Acaso no eras tú quien antes no lo quería? Este mundo está lleno de hombres, ¿por qué insistir en destruirte por uno solo?
Sus palabras eran sinceras; lo único que deseaba era que Leticia pudiera escucharla, que dejara atrás el pasado.
Cuando Leticia estaba obsesionada con Pedro al punto de querer mor
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