Capítulo 98 ¿Cómo entraste?
Al oír el ruido, todos miraron sorprendidos hacia la puerta.
Angélica estaba allí de pie, con una mancha de agua en su ropa pero sin parecer afectada en lo más mínimo.
Rosa corrió hacia ella inmediatamente, —¿Estás bien? ¿Te has lastimado? ¡Me asustaste!
Angélica había sido acompañada por ella, pero no se quedó para ayudarla a cambiarse. Si algo malo le hubiera pasado a Angélica ese día, nunca se lo perdonaría.
—No tengo nada, mira, estoy perfectamente segura.
Angélica extendió sus brazos y giró en círculo.
Rosa finalmente se tranquilizó, —Me alegra que estés bien. Cuando entramos y no te vimos, el Señor Martín estaba a punto de revisar las cámaras de seguridad.
Al parecer, la preocupación que había visto en los ojos de Martín era real.
Angélica lo miró de nuevo.
Sus ojos oscuros y profundos no revelaban ninguna emoción.
—Señorita Angélica, ¿qué ha pasado exactamente?— Samuel miró a Brisa y luego a Angélica, —¿Por qué estaba ella en tu habitación y ese tipo? No habías
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