Capítulo 76 No solo quiero mirar
Angélica levantó la mirada.
El rostro de Martín se agrandaba frente a ella, y sus labios estaban a punto de tocar los suyos.
El aliento de él llenaba el espacio entre ambos.
—¡Calma!—, susurró Angélica aterrorizada, extendiendo una mano para apoyarla en su pecho.
La mirada de Martín era intensa, como si no hubiera escuchado su advertencia, y seguía acercándose.
Para él, la resistencia de ella parecía inútil.
No debo hacer ruido, pensó Angélica, si se atreve a besarme, morderé su labio.
Ella cerró los ojos con fuerza.
Después de lo que pareció una eternidad, el beso anticipado no llegó, y creyó oír un ruido detrás de ella.
Angélica abrió los ojos curiosa.
Martín había extendido un brazo detrás de ella y, al inclinar un poco la cabeza, vio que una pequeña azada colgada en el armario estaba a punto de caerse, la cual él estaba ajustando cuidadosamente.
Angélica se sintió extremadamente avergonzada; había malinterpretado sus intenciones una vez más.
Martín retiró su b
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