Capítulo 45 Continuar viviendo
En la noche del banquete de cumpleaños, el incienso del baño se estaba agotando y necesitaba ser reemplazado.
Una mujer de la limpieza tomó un nuevo incienso, y justo al entrar, vio a Rosa de espaldas, como si estuviera limpiándose las lágrimas.
Sabía que los invitados de esa noche eran personas muy influyentes y que a los huéspedes no les gustaba que otros descubrieran sus intimidades, así que pensó en salir primero y regresar más tarde.
Pero justo cuando se dio la vuelta, vio a otra invitada salir del cubículo, quien discretamente puso un collar de joyas en la bolsa que Rosa había dejado sobre el mostrador.
Y esa invitada era Leire.
Sorprendida, Leire la miró.
Luego, Leire le pidió que no se metiera en lo que no le concernía y prometió darle dinero, sugiriéndole que renunciara al día siguiente.
Dos días después, alguien más llamó, advirtiéndole que no se quedara en Puerto Azul o enfrentaría graves problemas.
Así que, el mismo día de la llamada, la mujer de la limpieza r
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